Según las conclusiones del despacho Herrero & Asociados, especializado en propiedad industrial e intelectual
Con las miras puestas en Brasil, donde se están dando cita las mejores selecciones del mundo, “La Roja” parte como favorita con una afición entregada y unas expectativas elevadas. Sin embargo, el fútbol no puede abstraerse a la realidad de Internet y a los nuevos dominios que acaban de ponerse en marcha, los llamados nuevos gTLDs, y en concreto el .futbol que lleva abierto al registro sólo unos días.
Según Paz Martín, Directora de Nuevas Tecnologías de Herrero & Asociados, “Laroja.futbol; o ikercasillas.futbol ya están en manos de otros que no son sus legítimos propietarios. Ni siquiera otras selecciones se libran: cristianoronaldo.futbol, leomessi.futbol o messi.futbol están registrados por alguien de nuestro país”. Martín continúa “otros organismos como la Real Federación Española de Fútbol también han visto como un tercero ha registrado rfef.futbol”.
El fútbol mueve masas y no sólo de personas, también mueve un negocio ingente en concepto de merchandising, derechos de imagen y marca. Paz Martín afirma que “es sorprendente que los gurús del marketing deportivo estén dejando pasar estas oportunidades de contar con los dominios específicos del sector y utilizarlos como mejor consideren”.
Sin embargo, la Directora de Nuevas Tecnologías de Herrero & Asociados señala también que “existen diferentes vías para recuperar los dominios ocupados por terceros. Lo ideal hubiera sido que los interesados, los clubes, jugadores, etc hubieran registrado estos dominios en la fase reservada a los titulares de marcas, en caso de tenerlas. Hubiera bastado con tener una marca registrada (pocos jugadores la tienen) en cualquier territorio, hacer un depósito en el llamado Trademark Clearinghouse (una base de datos creada para proteger los intereses de los titulares de las marcas) y hubieran podido registrar los dominios .futbol con prioridad. Ahora, si tienen interés, tendrán que pagar por ello, acudir a procedimientos de recuperación de dominios o de bloqueo que lógicamente tienen también un coste mucho más elevado que si desde el principio hubieran registrado el dominio.
