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El sueño de una patente industrial con validez en toda la UE lleva décadas en las cocinas de las instituciones comunitarias, pero su elaboración se retrasa debido a una infinidad de obstáculos y piedras que han ido apareciendo por el camino.

De entrada, cabe recordar que España no ha ratificado todavía el acuerdo. Formalmente, el argumento es que el español no va a ser una de las lenguas oficiales reconocidas por este instrumento (sí lo serán el inglés, el alemán y el francés a la hora de presentar las solicitudes).

Asimismo, según apuntan algunas fuentes, el colectivo de los agentes de propiedad industrial en España también tiene cierto recelo en esta nueva figura jurídica europea, porque actualmente su intervención es necesaria para que empresas de fuera protejan sus patentes en España. En cambio, con la patente unitaria, las empresas podrían optar por validarlas en bloque en todo los países de la UE que han ratificado la patente unitaria sin mediación de terceros. Así, por una razón u otra, Madrid se resiste a dar el visto bueno.

Esta misma resistencia la tenían los italianos, cuyo idioma también se ha quedado fuera de la lista de los oficiales. Pero Italia, más práctica, al final ha cambiado de posición. Y ahora ha subido la apuesta. Hace pocos días ha presentado su candidatura oficial para que Milán sea una de las tres sedes centrales del tribunal que va a dirimir las controversias sobre la futura patente unitaria europea, una vez que esta entre en vigor y consiga la ratificación de una parte sustancial de los países miembros (cosa que todavía no ha ocurrido).

La clave ha sido el Brexit. Después de que el Reino Unido decidiera salir del proyecto, se ha abierto un vacío. Las tres sedes del Tribunal Central estarían localizadas en París, Munich y Londres. Pero esta última ya está fuera del mapa. Y Milán aspira a tomar el relevo y convertirse en una de las tres ciudades que acogerá a los jueces europeos de propiedad industrial. Milán se encargaría de juzgar las causas relativas el sector farmacéutico. Para la ciudad italiana, será una revancha después de que perdiera en el 2017 por sorteo la sede de la Agencia Europea del Medicamento a costa de Ámsterdam.

¿Y España? Barcelona ya optó en su momento a la Agencia Europea del Medicamento, pero, en plena tormenta política por el procés , no tuvo éxito. Según el Global Innovation Index presentado este mes por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), España solo ocupa el lugar 30 del ranking.

Barcelona y Catalunya son cuna de la industria farmacéutica española y la ciudad tiene un potente clúster de biotecnología (la sede del tribunal decidirá sobre patentes en este ámbito) y los tribunales mercantiles de Barcelona han liderado en España la especialización judicial en el área de la Propiedad Industrial (por ejemplo con iniciativas innovadoras y de referencia internacional como el protocolo abreviado para resolver conflictos durante el Mobile MWC).

De todas maneras, el camino que lleva a la patente europea todavía tiene que superar una reticencia de Alemania. El Tribunal Constitucional considera que para la aprobación de esta figura jurídica en el derecho germano se precisa una aprobación del Parlamento alemán con mayoría cualificada y hay un barullo jurídico por resolver. Parece más un tema formal que sustancial y todo indica que la patente unitaria europea nazca a principios del 2021.

“Este instrumento dará seguridad jurídica a las empresas y permitirá a la UE ser más competitiva frente al resto de bloques económicos”, opina Josep Maria Pujals, del bufete Ponti. Si España ratificara el tratado tendría derecho a una división local o regional del Tribunal que podría ser un hub internacional de solución de litigios del mundo hispano. “Para Barcelona la sede del tribunal sería una gran ocasión”, asegura.