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El uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha supuesto para algunos sujetos un medio innovador y eficiente para la realización de nuevos comportamientos delictivos aprovechándose del gran vacío legal que existe actualmente sobre estas nuevas formas delictivas, debido a su permanente transformación así como al escaso conocimiento que se tiene por parte de la sociedad sobre los peligros que acechan a través de la red.

El mundo globalizado e interconectado nos ha traído recursos tecnológicos que están transformando la sociedad. Si bien las consecuencias que conllevan son positivas, no podemos obviar que la crueldad logra incrustarse en la sociedad, y ello se está manifestando de un modo cada vez más notorio con el uso de las nuevas tecnologías.

En los últimos años han emergido nuevas formas de relacionarnos con las personas debido a la aparición de Internet, desarrollándose las conocidas Redes Sociales, a través de las cuales podemos interactuar fácilmente puesto que la conexión online permite el contacto simultáneo desde ubicaciones marcadamente separadas. Éstas han ido adquiriendo una gran importancia y se han posicionado como uno de los medios de comunicación a través de la red más populares. Estas nuevas formas de interacción están suponiendo una extensión de comportamientos delictivos que en la mayoría de los casos ya existían, pero que hoy se comenten de manera digital.

Desde el primer momento que accedemos a una red social, suministramos datos de índole personal sin pensar que al hacerlos públicos estos se encuentran vagando por Internet, siendo accesible a cualquiera. Es aquí donde entra en juego la figura del ciberdelicuente, la recopilación de información, las falsas acusaciones o declaraciones de hecho, el seguimiento, las amenazas, los robos de identidad, daños a los datos o equipos, la manipulación o el chantaje son algunas de los movimientos que suele emplear. La ventaja del perpetrador de estos actos es el anonimato del que dispone o la facilidad de usurpar la identidad de una persona, debido ello a su ligación con la tecnología informática y de la comunicación.

Como decía Nelson Mandela, “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Si esto es cierto, ¿Estamos lo suficientemente educados en la nueva era digital para combatir los infames actos perpetrados a través de la red? ¿Nos encontramos ciber seguros?

En Fernández-Palacios somos conscientes de la transcendencia y del desconocimiento que aún existe sobre los delitos tecnológicos, es por ello que contamos con cualificados profesionales en materia de Derecho Digital, siempre con un compromiso firme en procurar a nuestros clientes mecanismos preventivos que resulten altamente efectivos ante estos posibles ciberataques.

Fuente: Fernandez-Palacios Abogados

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