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La Patente Europea es una de las mejores opciones para proteger nuestra idea. Cuando tenemos una invención lo primero en qué pensamos es qué hacer para que no nos copien, tanto a nivel nacional como a nivel internacional, ya que es posible patentar una invención en España a nivel nacional, pudiendo ser ésta registrada por un tercero en otro país si no está protegida, y esto es así debido a que los derechos de propiedad industrial e intelectual que otorga una patente, son derechos delimitados territorial y temporalmente.

Cuando registramos una patente en España y blindamos nuestra invención en este país, podremos disfrutar de los derechos de protección que otorga esa patente durante los 20 años de vigencia que posee, pero solo en nuestro país, arriesgándonos a que debido al éxito que tenga comercialmente, o a la ingeniosidad de la idea una tercera persona pueda comercializar nuestra patente en otro país como por ejemplo Francia, Italia, o cualquier otro país, y no tendríamos derecho a reclamar ningún perjuicio por la comercialización, fabricación o distribución de nuestro producto en un mercado diferente al español.

Es precisamente éste uno de los objetivos que se persigue con el Convenio de Patente Europea, es decir, el Tratado mediante el cual se puede proteger nuestras invenciones a través de una solicitud única y pagando unas tasas determinadas, en todos aquellos países que formen parte del mismo, lo cual implica un ahorro considerable en la tramitación, convirtiéndose una vez concedida en patentes nacionales independientes en cada país designado.

En la actualidad, nos movemos en un mundo globalizado, y como consecuencia copiar una idea resulta muy accesible, sobre todo si nuestro producto tiene éxito en el mercado, lo que inevitablemente conlleva que se extienda rápidamente a otros países gracias a las redes sociales e internet. Además, ello es debido también en gran medida al progreso de la Unión Europea, a la desaparición de las fronteras, de las aduanas, así como la cooperación entre países, en la que si bien ha tenido y tiene muchas ventajas, también puede tener consecuencias colaterales como por ejemplo facilitar la posibilidad de ser copiado mediante el registro de nuestra idea de una forma rápida y más económica.

Pero lo anterior también es una ventaja, puesto que nos ofrece la facilidad de obtener el registro de una Patente no solo en los 28 países de Europa, sino en 10 países más que no pertenecen a la UE, pero forman parte del Convenio de Patente Europea, lo que hace esta opción aún más atractiva para nuestro negocio y su expansión en Europa.

Es importante definir la estrategia a seguir para proteger de la mejor manera posible nuestra invención, y sobre todo en qué lugares vamos a implantarla, comercializar, distribuirla, publicitarla…, para poder dar una respuesta más eficiente y eficaz al procedimiento de protección, incluso donde no vamos a estar pero queremos evitar que otros la comercialicen o la usen.

Pues bien, la Patente Europea, es el sistema que permite registrar nuestro invento mediante una sola solicitud de registro en la que designamos aquellos Estados europeos y no europeos en que se quiere obtener protección y que sean parte del Convenio Europeo de Patentes, pudiendo obtener protección en 38 países del ámbito europeo y fuera del mismo, como hemos mencionado anteriormente, tales como Albania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Suiza, Chipre, República Checa, Alemania, Dinamarca, Estonia, España, Finlandia, Francia, Reino Unido, Grecia, Croacia, Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Letonia, Mónaco, República de Macedonia, Malta, Holanda, Noruega, Polonia, Portugal, Rumanía, Serbia, Suecia, Eslovenia, Eslovaquia, San Marino y Turquía.

El gran atractivo de la Patente Europea es el gran potencial comercial que nos ofrece, consistiendo en la exclusividad, que permite que nos podamos centrar en explorar nuestra invención sin la preocupación de que la competencia nos pueda perjudicar.

El procedimiento de protección mediante una solicitud de Patente Europea, puede durar varios años, ya que existe un periodo de 18 meses durante el cual no se publica nada relativo a la solicitud, para que el solicitante pueda gestionar su invención amparado por el secreto industrial de acuerdo con el Convenio de la Unión de Paris.

Lo más adecuado y aconsejable, es que la tramitación de la Patente Europea sea llevada a cabo por un agente Europeo EQE, es decir, un experto técnico conocedor de la materia y la legislación aplicable, ya que la comisión de cualquier error en la solicitud o en cualquiera de los trámites que son preceptivos para la concesión, puede perjudicar grave e irreparablemente la concesión de la misma. Con ello, tendremos la tranquilidad de estar informado y asesorado en todo momento, y con el conocimiento de las fases o etapas del procedimiento así como del control de los tiempos de espera, pudiendo preparar con ello posibles estrategias comerciales anteriormente a la concesión.

El inglés, el francés y el alemán son las lenguas oficiales en las que se puede tramitar la patente europea. Con esto se persigue el objetivo de eliminar el régimen que obliga a que cada invención sea registrada en el país en que la persona física o jurídica que la ha concebido desea comercializarla, debiendo de ser traducida en una veintena de países con el coste que ello conlleva, y lo que permitiría hacer a la Patente Europea más competitiva.

Tras la concesión de la Patente Europea por la Oficina Europea de Patentes (OEP), se validará y traducirá la misma en cada uno de los países designados a los idiomas de los países elegidos, por lo que pasará en cada país a ser una patente nacional con vida independiente, teniendo la obligación de mantenerla como si de una patente nacional se tratara.

En cada país designado, la vigencia de protección que emana del registro de la patente europea es de 20 años contados desde su solicitud, y se mantendrá con el pago de anualidades, tasas y gastos fijados por la legislación de los países elegidos.

Como consecuencia de lo anterior, podemos observar que una de las ventajas de la Patente Europea, es que se puede conseguir que la obtención de una patente con efectos en distintos Estados europeos resulte más fácil y económica que la protección obtenida por la vía del depósito individual en los mismos Estados, ya que como hemos mencionado con una sola solicitud, en una Oficina centralizada, podemos conseguir el registro y protección de nuestra invención, acelerando todos los trámites y con costes más económicos.

Desde Casas Asin ofrecemos el servicio de registro de patentes a nivel europeo, así como un asesoramiento completo sobre el procedimiento a seguir, para conseguir la mejor protección adaptada a las circunstancias de cada invención.