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El contrabando de artículos que eluden el pago de los derechos de importación ha aumentado considerablemente en los últimos años y la paquetería y mensajería de los aeropuertos se ha convertido en una entrada muy común para el producto falso. Más del 14% de la mercancía ilícita entra por los aeropuertos españoles hacia Europa y la mayoría, comprada en páginas webs de internet.

Haciendo un repaso a los productos más falsificados, nos encontramos que a la cabeza  del ranking siguen estando los productos electrónicos, destacando el teléfono móvil, de acuerdo con los servicios de vigilancia aduanera y la protección fronteriza. Le siguen los juguetes, muñecas, videojuegos, hardware, etc. Pero son los productos de consumo tales como los cigarros, los perfumes  y los medicamentos los que se han convertido en un negocio peligroso al alza, pues los compuestos químicos derivados, son perjudiciales. Incluso en el caso de los cigarrillos,estos incluyen productos no permitidos por sanidad y cuando hablamos de perfumes falsos, concluimos que en numerosas ocasiones está más conseguida la caja o el envoltorio que el olor de la fragancia. Por otro lado, el medicamento de calidad subestándar, espurios de etiquetado engañoso, falsificación o de imitación, según la Organización Mundial de la Salud, supone un enorme riesgo para la salud pública, siendo la famosa Viagra el producto más demandado.

El producto clásico para la falsificación y más difícil de distinguir, es el reloj, siendo Rolex la firma más copiada y también la más habitual de las esquinas de Nueva York. Y ¿recuerdan los  muy conocidos Top Manta?; pues bien, recordarán que  el producto estrella  hace unos años eran los CDS musicales y la películas pirateadas, en los que la calidad -permítanme-, brillaba por su ausencia, infringiéndose todos los derechos de autor.  Ahora, los “manteros” prefieren el lucrativo negocio de la venta de los bolsos de las grandes firmas, siendo  Luois Vuoitton la marca más castigada.

Las falsificaciones de ropa y calzado están a la orden del día, y suponen una gran pérdida para el sector textil, destruyendo una gran cantidad de puestos de trabajo. Así lo afirma un estudio presentado por la Oficina de Armonización del Mercado Comunitario (OAMI) de fecha 21 de julio de 2015, en el que situaba a España como el tercer país de la UE con mayor impacto sobre el sector, en referencia a la falsificación. Para la elaboración de este estudio, la Oficina se sirvió de todo tipo de prendas de vestir, incluidas las deportivas, destacando las equipaciones de fútbol, de los grandes equipos del panorama mundial. No en vano, los artículos deportivos, suponen  unas pérdidas de 76 millones de Euros en España.

Entre las marcas más falsificadas de las gafas de sol, observamos que las firmas italianas Armani y Dolce&Gabbana, la francesa Chanel y la americana Ray-Ban encabezan la lista de las más habituales.

Un artículo de Europa Press a fines del 2015, establecía que “China sigue siendo el principal país de origen de estos productos sospechosos de infringir  los derechos de propiedad intelectual de la UE”.

Resulta irónico que el gigante asiático que todos los expertos, estudios, documentales, análisis de mercado, artículos de prensa, posicionan como el gran productor del artículo falso, sea ahora en estos tiempos el que más interés muestra por el producto original.

Desconozco si han oído hablar de la figura del “daigou”, que significa “compra en nombre de”. Es el término que se utiliza para hacer referencia a aquellos ciudadanos chinos, que siendo residentes en el extranjero, se dedican a vender en internet, concretamente en el ciberespacio chino, productos originales y de lujo que adquieren en su país de acogida. Se trata de un canal de comercio que consiste generalmente, en que la persona daigou, visita las boutiques  de las grandes ciudades del mundo, como  son  Seúl, Hong Kong, Paris, Londres, Nueva York, Barcelona, Madrid, etc. Para la posterior venta del producto en internet. La publicación del producto en las redes sociales, WeChat y Weibo, es el siguiente paso.

Lógicamente, no es una actividad legal, pues aunque quien radica en el extranjero si paga los impuestos del país en el que reside, elude los altos aranceles chinos,  motivo por el cual la figura del daigou se ha expandido por Europa, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. La consultora Bain and Company estima que por esta vía se comercia con el 70% de los productos de lujo que acaban en manos chinas.

Aunque China sigue siendo el principal país de destino de estos productos, dependiendo de la categoría de los mismos, llamamos la atención sobre otros Estados no asiáticos, destacando Panamá como el país que más exporta a Europa productos de contrabando de bebidas alcohólicas, Marruecos se ha “especializado” en diversos artículos como por ejemplo zapatillas y algunos países de Suramérica se han decantado por la venta de medicamentos, con lo sensible que es este producto para la salud humana. Por su parte, en Europa, Portugal destaca en los textiles al igual que Turquía, encontrándose también dentro de los primeros países de la lista negra que componen el origen del producto falso.

La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), considerado el principal organismo para combatir estas actividades, tiene como cometidos, investigar la corrupción, detectar los casos graves de conductas improcedentes y apoyar a la Comisión Europea en la formulación y aplicación de las políticas de prevención y detección del fraude. El Comisario de asuntos Económicos y financieros, Pierre Moscovici, ha señalado que la protección de la propiedad intelectual “debe ser una prioridad” para ser serios en la promoción de la innovación y la creatividad en la UE.


Margarita Zalba Galiana